La desigualdad laboral es un fenómeno complejo que presenta diversas barreras para las mujeres en el ámbito profesional. Se trata de un obstáculo multifacético que impacta su crecimiento y oportunidades de desarrollo. Desde el conocido “techo de cristal” hasta términos más recientes como el “techo de cemento” y las “escaleras rotas”, estas barreras ilustran las múltiples formas en que la desigualdad se manifiesta cotidianamente en el lugar de trabajo.
Techo de Cristal: Obstáculos Implícitos
El término “techo de cristal” describe las normas y prácticas implícitas que impiden a las mujeres acceder a puestos de alta dirección. Aunque estas barreras no son visibles ni explícitamente codificadas, limitan significativamente el avance profesional de las mujeres. El techo de cristal es uno de los conceptos más reconocidos en la discusión de la desigualdad laboral.
Techo de Cemento: Límites Autoimpuestos
Introducido por Argelia Carrera, profesora del Tec de Monterrey, el término “techo de cemento” se refiere a las barreras autoimpuestas por mujeres debido a factores culturales. Estas barreras internas pueden ser tan restrictivas como las externas, influyendo en las decisiones y expectativas profesionales de las mujeres.
Piso Pegajoso: Retención en Puestos Bajos
El concepto de “piso pegajoso” fue introducido por Catherine Berheide, doctora en Sociología. Este término encapsula los mecanismos que mantienen a las mujeres atrapadas en roles de bajo y medio nivel. Angélica Sofía Bucio Méndez y Fátima Masse discuten cómo estas barreras estructurales limitan la movilidad ascendente de las mujeres en las empresas.
Precipicios de Cristal
Los “precipicios de cristal” se refieren a la tendencia de colocar a mujeres en roles de liderazgo durante períodos de crisis. Aunque esto pueda parecer una oportunidad, en realidad aumenta el riesgo de fracaso y pone a las mujeres en situaciones de alto riesgo.
Escaleras Rotas: La Desventaja en el Mercado Laboral
ONU Mujeres habla de las “escaleras rotas”, que describen la desventaja que enfrentan las mujeres con educación e ingresos intermedios. Estas mujeres son más propensas a migrar hacia el mercado laboral informal, donde sus oportunidades son aún más limitadas.
Cifras Importantes
Más de 2 millones de mujeres en México han experimentado alguna forma de violencia en el trabajo y más de 95,000 han renunciado, según cifras del INEGI 2020. Este dato resalta la urgente necesidad de implementar políticas y protocolos en empresas para combatir la discriminación y la violencia de género.
Hacer visibles estas condiciones de desventaja y trabajar activamente para erradicarlas es crucial para fomentar un entorno laboral más justo. Juntas somos más fuertes, y al empoderarnos mutuamente, podemos transformar la realidad laboral de muchas mujeres.
La desigualdad laboral se manifiesta de muchas formas, desde barreras visibles hasta obstáculos más sutiles. Comprender y enfrentar estos desafíos es esencial para construir un mundo laboral más equitativo para todas.
Clara Fernández, a sus 35 años, no solo es una ferviente defensora de la igualdad de género, sino que también aporta una sólida experiencia en liderazgo y desarrollo personal. A través de su trabajo, busca motivar a mujeres de todas las edades a empoderarse y alcanzar su máximo potencial.