Método hamburguesa: La técnica esencial para feedback en equipos

Método hamburguesa: La técnica esencial para feedback en equipos

El ‘Método hamburguesa’ se ha convertido en una técnica esencial para el feedback en equipos. Este método, conocido también como el ‘sándwich de retroalimentación’, se utiliza para combinar toques positivos con críticas constructivas, garantizando una mejor receptividad y motivación del interlocutor.

Técnica del Método hamburguesa en la retroalimentación

El Método hamburguesa se estructura en tres partes. Primero, una apertura positiva que sirve para abrir la conversación de manera amistosa, sensibilizando al receptor. Luego, se introduce la crítica negativa, la parte central donde se menciona lo que necesita mejorarse. Finalmente, se cierra con otro comentario positivo, asegurando que la motivación del receptor se mantenga alta.

Alternativas al Método hamburguesa

En distintos contextos culturales este método varía. Por ejemplo, en Estados Unidos, se sigue exactamente el formato del ‘Método hamburguesa’ con comentarios positivos al principio y al final, y el feedback negativo en el medio. En Japón, la técnica se enfoca en solo comentarios positivos, dejando implícita la crítica, a menudo llamado ‘pan bao sin relleno’. En Alemania, en cambio, se sigue el método ‘currywurst’, que se centra únicamente en la crítica negativa sin todos esos preámbulos positivos. Otra alternativa identificada es el ‘método tostada’, que comienza con la crítica directa y culmina con un comentario positivo.

Expertos en el Método hamburguesa y sus opiniones

Gema de la Guía, Talent and Development Manager de Pacadar, es una defensora del ‘Método hamburguesa’, subrayando su utilidad en la dinamización de equipos. Sin embargo, las opiniones en Recursos Humanos son variadas. Algunos expertos creen que los comentarios positivos iniciales y finales pueden desvirtuar la crítica central, restándole efectividad.

Contextos culturales y su impacto en el Método hamburguesa

La aplicación del Método hamburguesa difiere considerablemente según el país y la cultura. En Japón, por ejemplo, las interacciones son más sutiles y las críticas se implican a través de comentarios positivos. Este enfoque es radicalmente distinto al de Alemania, donde las críticas son directas y sin rodeos.

“En Estados Unidos es bastante habitual que, si tu jefe quiere que rectifiques algo, recibas una hamburguesa completa, mientras que en Japón, tu jefe puede darte solo los panecillos, pero nada de carne”, explica David Ramos, periodista especializado en información económica y sectorial.

En conclusión, el ‘Método hamburguesa’ es una herramienta versátil y valiosa en el ámbito profesional. Adaptar esta técnica a diferentes contextos culturales y comprender sus variantes puede ser crucial para una retroalimentación efectiva y constructiva.

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